El amor no es como lo pintan, no es una taza de te con pastas que puedes
degustar agusto cada mañana, en la que poderte perder entre mil sabores
dulces. Tampoco es como una copa de vino, que te pueda acompañar
incluso en los platos menos sabrosos, tampoco es un reloj, siempre exacto a cada hora y en cada minuto. El amor es algo más complicado.
El amor es más bien como
una araña que teje hilos, los cruza, los sube y los baja y los vuelve a
tejer y así una y otra vez, una y otra vez hasta que ya no sabes quien es la tela y quien es la araña.
A.
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