Estaba tan impaciente por que diesen las dos que no paraba de moderse el
labio inferior hasta dejarselo prácticamente en carne viva y es que la
paciencia no era precisamente su virtud.
- ¡Venga! Quince
minutos... - Dijo entre dientes, mientras se disponia a hacer unos
estiramientos, cualquier cosa con tal de no quedarse quieta.
Lo
tenia todo preparado para el número, normalmente lo repetia todos los
días a la misma hora, pero esta vez era especial el público iba a ser
mayor, era algo importante.
- Si lo hago bien puede me concedan
el derecho a obras y bailes más complejos. - Se dijo a si misma mientras
repetia, una y otra vez, los estiramientos.
El baile había sido
siempre su pasión desde que prácticamente tiene uso de razón, soñaba con
bailar en los grandes ballettes, ser la protagonista del Cascanueces,
ver mundo... Mundo precisamente era lo que menos veia, desde que era
pequeña se había pasado toda su vida en ese auditorio; ensayando.
¡Tick, tock! ¡Ding!
¡Las
dos! Ya era la hora, a tomar posiciones, tres, dos, uno... Se alzó el
telon, una leve luz alumbraba el escenario, era ténue y cálida,desde su
posición podía oir el murmullo de la multitud y algunos comentarios:
- ¡Qué bonita es!.
- ¡Oh es impresionante!
- Tiene buena pinta...
Intento evitarlo pero no pudo dejar escapar una leve sonrisa, ante la admiracíon de su público.
- Esperemos que esta vez salga todo bien. - Se dijo a sí misma.
De
pronto comenzaron a sonar las primeras notas del primer movimiento del
concierto para piano de Grieg, eran los tímbales y el piano, tenia que
aguantar quieta hasta que sonase el fagot y... ¡Sonó! La música fluia
por su cuerpo con total armonía y no perdía detalle del compas, era
eterea, la imagen mas pura de belleza descrita en movimiento. Hubo un
silencio absoluto en los nueve minutos que duraba al ecto y ya, cuando
la última nota dictó la sentencía del fin, el público enloqueció.
- ¡Es impresionante!
- ¡Qué bien se mueve, que fluidez!
- ¡Que afortunados sois que la podeis ver siempre que queraís! - Decían algunos.
- Ya me gustaria a mi tener a una igual. - Decian otros.
No pudo evitar sonrojarse y sonreir, sonreir mucho, había sido una gran actuación, esta vez todo le iba a salir bien.
- Bueno, ¿Nos vamos?
- Si, yo creo que ya es hora, muy bonito de verdad, muy bonito.
- Si es tarde y hemos quedado, bueno hasta luego.
Al ver que su única oportunidad de aspirar a algo más se escapaba, se derrumbó.
-
Peor... Pero.. ¡¿Y yo qué?! - Gritó desesperada con el fin de que
alguien le hiciese caso pero era inutil, nadie reparaba en ella, parecía
invisible.
- ¿No decís que ha sido perfecto? ¿No decís que ha sido hermoso? - Dijo entre sollozos.
- No podeís hacerme esto ¡NO, NO, NO! - Se derrumbo totalmente y se hundió en un mar de lágrimas.
Las
luces se apagaron y el telón cayó dando paso a la oscuridad, sus sueños
se rompieron en mil pedazos ya todo daba igual, jamás saldria de ese
pequeño auditorio, pero no es su culpa...
Jamás sera culpa suya ser una bailarina de cristal.
A.